Un día en la parte trasera frente a la oficina de la Asociación de voleibol en el complejo deportivo de San Juan de la Maguana, se enterraron dos palos y se puso una malla para en ese lugar entrenar y jugar los días que no son de voleibol dentro del techado, en ese momento nadie se imagina lo que esto traería consigo.
Nosotros jugábamos entre toda la yerba, piedra y hasta con el suelo desnivelado, nada recomendable para este tipo de juego, pero lo hacíamos con entusiasmo y amor, siempre lo limpiábamos antes de jugar o entrenar, entre todos cogíamos pala, machete, rastrillo, pico para desenterrar las piedra como también limpiábamos todo el alrededor de la cancha.
Entre juegos y juegos salió la idea de hacerlo de arena e inmediatamente empezamos a trabajar en ello y hoy día es muy diferente a lo que era cuando empezamos. Hoy en dia estamos bien posicionados en este tipo de competencias, la rama femenina se ha encargado de eso, quedando entre los mejores 8 equipos de voleibol de playa del país sin nosotros siquiera tener playa, esto es un ejemplo de que cuando uno quiere algo lo puede obtener trabajando.
Nosotros jugábamos entre toda la yerba, piedra y hasta con el suelo desnivelado, nada recomendable para este tipo de juego, pero lo hacíamos con entusiasmo y amor, siempre lo limpiábamos antes de jugar o entrenar, entre todos cogíamos pala, machete, rastrillo, pico para desenterrar las piedra como también limpiábamos todo el alrededor de la cancha.
Entre juegos y juegos salió la idea de hacerlo de arena e inmediatamente empezamos a trabajar en ello y hoy día es muy diferente a lo que era cuando empezamos. Hoy en dia estamos bien posicionados en este tipo de competencias, la rama femenina se ha encargado de eso, quedando entre los mejores 8 equipos de voleibol de playa del país sin nosotros siquiera tener playa, esto es un ejemplo de que cuando uno quiere algo lo puede obtener trabajando.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario